A la Luz de la Lamparilla (Prosa poética)

Sunday, May 13, 2007

LA FLOR



Yo encontré una flor que lloraba, cautiva entre mil abrojos, a la orilla del camino. Era bonita y graciosa, delicada, gentil; era preciosa.
Vi el aroma en sus ojos, pugnando, impotente, por salir de entre la reseca maraña que la asfixiaba.
Mi cuerpo vibró con su desdicha. Presto, intenté, con mis ásperas manos, arrancar de raiz aquellos tallos que crecían, altivos, a su alrededor.
En mi ceguera, no reparé en que la flor había tornado su mirada, en un principio triste, por otra de amor y agradecimiento infinitos. Mi labor continuó por un tiempo inutil.
Cuando, al fin, dejé limpio u camino, me di cuenta de que la flor ya no respiraba. Sus ojos ya no despedían aroma y, entre mis rudas manos, se perdieron sus hojas rotas.
Mi vida fue más triste desde entonces.
Mis manos no sirven para acariciar una flor.
Greco