A la Luz de la Lamparilla (Prosa poética)

Thursday, June 07, 2007

TU DESIERTO


Perdidos en la niebla de la vida, amparados por las sombras de la noche, llegados por caminos diferentes, confluímos en el desierto de la soledad, recuerdas?
Tú llegaste de no sé dónde, qué más da, descalza de razones, desnuda de ilusión, cansada y desorientada, hambrienta de amor y sedienta de besos olvidados en un pasado rutinario.
Yo, sentado en el cruce de caminos, también sin norte, juro que no te esperaba, pero apareciste ante mí, nos miramos y, sin mediar palabra, nos pusimos en camino, sin mirar hacia atrás, en busca de un oasis deseado en el que poder reposar y descargar el penoso lastre con que la vida nos había regalado.
Lento nuestro caminar, fueron largas las jornadas en las que, apoyados el uno en el otro, siempre con el mismo objetivo en la mente, sorteamos dunas de incertidumbre y agotamos las últimas gotas de nuestro propio sudor. Fueron tensas noches silenciosas, en las que sólo nuestras miradas se encontraban, confundidas y deseosas, pero temerosas al tiempo, verdad?
Así, lentamente, en un despertar casi eterno, un mal día, divisamos el palmeral de las esperanzas truncadas. Locos, corrimos hacia él, saciamos nuestra sed, amamos hasta quedar ahítos y...olvidamos, sí, olvidamos.
Cuando, a la mañana siguiente, desperté, ya no estabas a mi lado. Un tímido rescoldo me mostraba los restos de un incipiente amor que habías arrojado al fuego de tus miedos.
Te supongo vagando, de nuevo, por ese tu desierto del que ya nunca saldrás. Únicamente, quizá, en tu amargo caminar, divises algún espejismo que te hará, si cabe, más duro el despertar.

Greco